viernes, 1 de julio de 2011

Piratas del Caribe: En Mareas Misteriosas.

Bueno, por primera vez en muchísisimo tiempo se me ocurre quitarle las telarañas a esto y hacer una crítica decente, y qué mejor para reinaugurar la página que desmenuzar cachito a cachito la nueva entrega de Piratas del Caribe. Qué le voy a hacer, fui a verla porque el mundo de los piratas me gusta desde que era pequeño, empecé prefiriendo al Capitán Garfio en vez de a Peter Pan (Dustin Hoffman es mucho Dustin Hoffman) y acabé leyendome crónicas del siglo XVII y recortando noticias sobre los últimos reductos de Somalia (Que a pesar de lo que digan los puristas y los fans de Errol Flynn, son a nuestra sociedad lo que los bucaneros del Caribe eran a la de su época)Por supuesto no me dejé llevar por el engaño de ir a verla en 3-D, seamos sinceros, a nadie le gusta que le metan espadas por los ojos cada 10 minutos ni pasarse el resto de la película con complejo de miope...Sin ir más lejos, fui a verla nada más acabar la PAU, y haciendo honor al porronazo de libros que me he tragado sobre la materia voy a despedazar poco a poco la película, entrando en detalles que el resto de críticos pasan por alto. ¡Ojo! Contiene SPOILERS, algunos bastante tochos, de modo que si aún no la has visto te recomiendo que omitas esta crítica y mires directamente la calificación: (5,7/10).
1- Españoles en el Caribe.
La inevitable introducción nos deja en la costa sur de España, donde unos pescadores descubren el cuerpo de un viejales de cerca de 200 años que les dice que sabe dónde está la Fuente de la Juventud. Se lo llevan al rey Fernando VII (lo que sitúa a la película en 1750) y éste envía a uno de sus hombres de confianza para encontrarla. El pájaro en concreto es Óscar Jaenada, ganador de un Goya por Camarón, y protagonista de esa repulsiva, denigrante, cutre y oportunista serie de Telecinco 'Piratas', también conocida como 'Gitanos del Cantábrico'. Destrozar a esa serie nos ocuparía otra crítica, sólo decir que el personaje de Jaenada es una mezcla entre Fernando Esteso y Jack Sparrow. Con esa premisa, sólo queda decir que en Piratas del Caribe parece otro actorcompletamente distinto. Clava el papel de oficial de la Armada de Su Católica Majestad y recuerda vagamente al villano de Piratas de Roman Polanski por su atuendo.
Acapara toda la pantalla cuando aparece, aún estando en presencia de pesos pesados como Ian Mcshane o Geoffrey Rush, si hubiera actuado así en su serie de Telecinco otro gallo cantaría.
Por lo general, los españoles en las películas de piratería (véase 'El Halcón del Mar'o 'El Capitán Blood') solemos ser o bien cabronazos altos, delgados y con bigotito a lo Yafar el de Aladdín o bien gordinflones torpes y recargados con pintas de Mexicano, que siempre quedan en evidencia frente al héroe británico de turno. En esta película me asombró descubrir que por una vez son los ingleses los que quedan más desdibujados que los españoles y me agradó sobremanera.

Penélope Cruz interpreta a Angélica, la hija de Barbanegra. Un personaje refrescante, una mezcla entre la Marion Ravenwood de En Busca del Arca Perdida y la mujer p
irata de Jean Peters. Un personaje desaprovechado en bastantes escenas y malt
ratado por un guión que hace aguas.
La 'Pe' vuelve a la carga al estilo Vicky Cristina Barcelona solo que sin mentarle a Sparrow la madre que lo parió ni cosas por el estilo, muchos de los espectadores españoles (yo entre
ellos) nos temíamos que este personaje podía ser la caída definitiva de la saga, pero sin embargo es una sustituta perfecta para la histérica de Keira Knightley que ya ra
yaba bastante con su amorío made in Disney con Orlando Bloom y sus disc
ursitos infantiles sobre la libertad y el honor entre piratas (dicho con muuuucha ironía esto último). Como decía, el personaje de Penélope Cruz es bastante irregular por culpa de un guión malo, sus escenas cómicas hacen reír, pero su historia dramática de intentar redimir a Barbanegra (tan difícil como talar árboles con un arenque) es poco creíble y se convierte en un quiero y no puedo. Podían haber explotado la imagen de violenta femme fatale que no supieras por dónde iba a tirar después, al estilo Long John Silver. Un estilo que echo muuuucho en falta. Por último en este apartado, decir que es evidente porqué una gran parte de la banda sonora son melodías de guitarra española...Resulta Kitsche y propio de los cincuenta.

2- El 'Capitán' Depp Sparrow.

Cada vez tengo más claro que el personaje del Capitán Sparrow es como el personaje de Homer Simpson, cuanto más abre la boca más gracia hace a los adultos, cuanto
más coñas al estilo Goofy hace más gusta a los niños y más pronto cansa a los adultos. Si bien en la segunda y tercera entrega el personaje había llegado a extremos ridículos con temas como sus 'Dobles' o sus gestos exagerados, en esta cuarta entrega Depp pone freno, tranquiliza, y queda un poco más cercano al Jack Sparrow de la primera entrega. Gracias a Dios.

3- Capitán Barbossa: El Hidalgo de los Mares.


A simple vista lo primero que sale es un WTF?! tan grande como un torreón. A mí al menos me lo pareció, el Barbossa de antes, de los pocos piratas del Cine capaces de intimidar con un 'Arrr' sin parecer estereotipados, convertido en un pseudo almirante Nelson con pata de palo. Estéticamente si, el personaje pierde todo lo que antes tenía cuando llevaba su atuendo de
capitán pirata a lo Howard Pyle, pero una vez ves actuar al maestro Geoffrey Rush los galones excesivos, los polvos en la cara y la pata de palo quedan en un segundo plano. Siempre es más fácil perdonarle un desliz a Rush por actuar luego en películas como 'El Discurso del Rey' que a
Depp por aparecer en 'Alicia' de Tim Burton. Memorable la escena de la arribada a la bahía de las sirenas, cuando Barbossa decide dejar morir a la mayoría de sus hombres antes que quedar rezagados de camino a la Fuente. No obstante, mi ojo crítico de tiquismiquis me hace preguntarme, ¿Por qué lleva la muleta debajo del brazo izquierdo si tiene amputada la pierna derecha?

4- Barbanegra: El pirata de Deadwood.
Siempre que oiga el nombre de Ian McShane me vendrá a la cabeza Al Swearengen, su alter ego en la legendaria serie 'Deadwood'. Uno de esos personajes clave en la historia de las series de televisión, a la altura del sarcástico Doctor House o el clásico JR de Dallas.
Barbanegra es aún mayor que Ian McShane, sin él nuestra imagen del pirata salvaje que sale de entre el humo con pistolas en cada mano y un alfanje entre los dientes no sería posible. Más que R.L. Stevenson o Daniel Defoe, él, Edward Teach, es el auténtico padre de la piratería clásica. Mezclando a éstos dos genios y evitando algunos detalles como que el Barbanegra real medía casi dos metros y que murió en Ocracoke con cuarenta años, se espera un resultado explosivo, un gángster pirata, una leyenda interpretando a otra. El resultado defrauda, pero no por culpa del veterano actor, que impone con sólo su presencia. El guión parece reciclar el personaje de Davy Jones convirtiendo la poca humanidad que tenía en pura ambición, algo siempre aceptable, pero dotando a Barbanegra de unos poderes que no vienen para nada a cuento y dándole solo un par de escenas para demostrar cuán hijo puta es. Eso sí, lo cumple con creces ya sea disparando a sus propios marineros, achicharrandolos, torturando a la parejita cursi de amantes etc...Un gran fichaje que pudo haber sido más que memorable, pero que se queda en un aprobado alto. Larga es la sombra del Barbossa de la primera entrega.

5-La parejita.

Parece que los guionistas no estaban contentos si no había una historia pastelosa y romántica made in Disney de por medio, así que se les ocurrió meter a estos dos cursiloncios para reemplazar a Orlando Bloom y Keira Knightley. Qué puedo decir, se podían haber currado un poco más el doblaje de la moza, que tiene la voz de las hermanas de Marge Simpson. Y hay otra cosa que me intriga mucho, por qué el cura sigue vivo no sólo después de que el zombi le rebane la garganta sino también después de que le hagan un tajo bien gordo en las tripas...Ay ay ay, si hubiera sido yo el guionista el pobre clérigo no hubiera durado ni dos frases con la tapa de los sesos en su sitio. Respecto al ''original'' nombre de la sirena...Si, yo también me partí el culo en el cine al oírlo, pero luego pensé en la traducción de sirena al inglés y me acorde de la soledad del bueno de Han en la Guerra de las Galaxias.

6- Manías náuticas de Blackthroat.
Después de ver un barco con velas negras y tripulado por almas en pena en la primera película y una reinterpretación de la leyenda del Holandés Errante en la segunda, mezclado con los relatos de terror en el mar de William Hope Hodgson, los creadores decidieron que tenían que volver a hacer un barco que diera 'miedito' para una cuarta entrega. Reciclaron la barcaza que interpretaba a la Perla Negra y la convirtieron en la vacaburra de velas rojas que veis arriba. El supuesto ''Venganza de la Reina Ana'' que me recuerda más, sospechosamente, al barco del pirata zombi LeChuck y al de la película Hook que al barco real de Edward Teach. Bueno, vale, en el fondo puedo admitirlo, además fueron originales con el tema de decorarlo con huesos, de acuerdo...Pero tengo una duda, ¿Cómo es que gastando tantísima pasta en crear un mastodonte como ese, lo desaprovecharon tanto a la hora de rodar en mar abierto? A lo sumo lo que vemos es una vista aérea del barco dos veces, y tan pronto podría ser hecho por ordenador como podría ser sólo la cubierta. Completamente desaprovechado, pero aún hay más. El barco está teledirigido. No, no es coña, hay una espada mágica que usa Barbanegra para escupir fuego griego por la proa al estilo lanzallamas o para acelerar cual coche de carreras impulsando su propio viento...Si tantas ventajas tenían, ¿Para qué carajo quería tripulación? Pero la palma de mi indignación de aficionado a las aventuras náuticas viene cuando veo que el barco que capitanea Barbossa no es otro que la mítica HMS Surprise de Master & Commander y que ésta solo aparece en un par de escenas, mal filmadas, como no, para que luego la destrocen un grupo de sirenas chifladas...Una herejía para cualquier lector de Patrick O´Brian, quien seguro está ahora retorciéndose en su tumba.

7- Me gustó más el libro que la película.
Seh, es cierto, Piratas del Caribe cuatro toma su título y una parte de su argumento del mismo libro que inspiró a Monkey Island: En Costas Extrañas, de Tim Powers. La Disney se hizo con los derechos de autor nada más acabar la tercera película, y esta ''adaptación'' más parece un acuerdo escrito frente a un notario que el traslado a la pantalla de una novela tan buena como esa. En Costas Extrañas tiene vudú, batallas sangrientas, trópico, piratas realistas...Toda la magia (Oscura y Delirante) de Tim Powers se convierte en un abracadabra patadecabra infantiloide y soseras con unos zombis que podían haber dado muchísimo más de si, unas sirenas que sobran más que nada y un vudú que parece más de sacar conejos de una chistera que de sacrificios y rituales paganos.
Tenemos personajes que entran y salen sin aportar nada nuevo a pesar del interés que rezuman: Un señor Gibbs que roza la autoparodia constante y un Keith Richards que sale sólo tres minutos y al que se nota que la Disney puso un bozal.
La trama se ha simplificado al máximo, es casi como una aventura de Indiana Jones con respecto a la búsqueda/carrera para encontrar una reliquia de leyenda, mucho mejor después del desbarajuste de la tercera entrega, pero aún así no logra devolvernos la sensación de que acabamos de salir del Caribe que nos daba la primera entrega o parcialmente la segunda. El final te hace temerte lo peor con respecto a una quinta aventura de Sparrow y cía, pues si ésta ya era una apuesta arriesgada y quedó de calidad entre la segunda y la tercera, una quinta sería un fracaso casi seguro.